Fabiana Barreda orbis pictus 2010

Una Cosmogonia

Un mundo visible en dibujos.

Un primer libro ilustrado para niños

Invención de Jan Amos Komensky  Publicado en 1679.

Esta exposición de Julio Fierro resume 10 años de producción  plástica en Buenos Aires.

Pintor, arquitecto, músico, formado en Córdoba la Docta bajo las tesis jesuitas, retoma la herencia del artista renacentista donde todas las disciplinas construyen el elixir integrador de la obra como un gran mapa de coordenadas de entrecruzamientos simbólicos.

El contexto cordobés es determinante para comprender la complejidad de su obra, la tradición mística de esta capital es clave para iniciarnos en sus diferentes series de temáticas.

La serie de los “Niños chamanes” es una síntesis contemporánea de varias herencias pictóricas.

Sus cuadros evocan las formas plásticas antiguas, realizando un sincretismo con técnicas contemporáneas. La piel de sus pinturas nos retrotraen desde las históricas imágenes barrocas sacras de los ángeles arcabuceros hasta los oleos de Berni.

Al observar a este niño icono en sus pinturas, su imagen se yergue como un  ser hierático transformando su retrato en un personaje arquetípico chamánico. Este personaje tiene un poderoso magnetismo sagrado. Abre un universo mágico para todos nosotros. El chaman es el médium entre el mundo de los espíritus y el mundo terrenal. Este puente de conexión que aquí se manifiesta en la pintura nos permite transportarnos a nuevos territorios animistas.

Este niño  acompañado por su alter ego animal es un ser que nos inicia a un mundo de deseos posibles. Transmuta nuestra energía y hace visible paisajes oníricos.

Emerge en lagunas de lotos rosados, bosques o texturas inglesas antiguas.

La infancia es ahora un lugar sagrado, un mundo propio.

Aquí su obra se relaciona con pintores como Torreta y Wendel donde el universo onírico de la infancia se hace real, a su vez se liga a Daniel Santoro en una cosmopolis de ideario local.

En este campo de relaciones el tratamiento de añejamiento y detención temporal del soporte lo liga a las imágenes de Daniel García.

Su serie de “Horizontes Infinitos”, nos remiten a la tradición del paisaje como viaje iniciático. Odisea, migración, road movie de transformación subjetiva, el coche como hábitat-arca de Noe donde los animales acompañan al hombre en búsqueda de su nueva Tierra Prometida.

La Música es la tercera dimensión constructiva de la obra del artista. Sus pianitos objetos son mandalas de morfología sonora.

Como en las tesis de Xul Solar  Cosmos, Juego y Sujeto se unen en el hombre en su iniciación en la vida terrena.

El macro y el micro se fusionan lúdicamente en estos objetos pianos, como el Pan Juego y el piano de Xul, la cartografía del juego es el mapa del Cosmos.

La obra de Julio Fierro es borgiana en su esencia, la pregunta sobre el origen del mundo se abre con la forma de la infancia: un campo de placer, de exploración del conocimiento a través del juego, una combinatorial pitagórica de posibilidades donde un niño chaman es el guía para imaginar miles de formas simbólicas del Universo.

Fabiana Barreda

2010

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